11 octubre, 2011

Octubre

Hay un disco de U2 que se llama Octubre. Siempre he pensado que era el peor. Curiosamente, descubrí que es una valoración común. De hecho, me juego algo a que, salvo los muy fans, ninguno sois capaces de citar uno solo de los temas que contiene.

También hay una Revolución de Octubre. Lo más cojonudo es que debería ser 'de Noviembre', pues en el mundo civilizado el calendario juliano dejó de operar en 1582.

Octubre es el mes, en Zaragotham, en que invariablemente empieza a hacer un tiempo chungo. Como en esta tierra somos como somos, en 1613 se decidió que la Fiesta en Honor a la Virgen se celebraría en una fecha tan cojonuda como el doce de octubre, aprovechando lo del descubrimiento y la condición de la Virgen de Patrona. Luego la cosa se fue liando, se decidió lo de la Fiesta de la Raza (Don Alfonso XIII, el abuelito, nada mejor tenía que hacer en 1918, tres mesecillos después de acabar la Gran Guerra), que luego se convirtió en el Día de la Hispanidad a instancias del pobre Maeztu, ese fascista terrorífico (si: cuando se habla de memoria histórica conviene recordar que la sutil animalada que comporta el que a alguien bajo el control de las Cuerpas y Fuerzos -sic- de Seguridad lo saquen, se lo lleven y lo fusilen; las animaladas de los otros fueron de otro tipo, pero eso no les es imputable: es una elemental cuestión jurídica).

En fin, que el doce de octubre, o sea, mañana, es el Día del Pilar, de la Hispanidad, y Fiesta Nacional.

Es tradición en Vladivostok dedicar alguna entrada en este tierno momento del año a poner a parir estos festejos tan populares. Tan tradicional resulta que es casi aburrido (busquen Vdes. si lo desean años anteriores y solácense). Este año la cosa ha sido parecida pero diferente. La Carpa sigue instalada, si bien las cosas han cambiado sutilmente. Y es que hemos tocado allí. El siete de octubre, concretamente. Vamos, en casi-plenas-fiestas. Urghs.

Como es obvio, el acto ha tenido severa crítica por parte de MBO: me ha llamado 'traidor'. Mi amigo  Steve, que nos conoce a MBO, a mí y a la Carpa maldita desde hace muchos años, no ha perdido la oportunidad de troncharse. Hiena.

El concierto fue la bomba. Dicho por todo el mundo. Hubo un equipo suficiente, monitoraje con mesa independiente en buena y debida forma y bastante público. Toqué con la Stratocaster, pues, al final, uno siempre regresa a los viejos amores. Y estrenamos algunos temas de Míchel y mios que pronostico que darán mucho juego en el futuro.

Y en ese orden de cosas, también hemos hecho alguna cosilla más. En concreto, y el diecisiete de septiembre, Míchel y yo hicimos esto. Con un acompañante de excepción:



Si, ven Vdes. bien: el guitarra que hace el solo a mitad del tema es Ramón Arroyo, el guitarra de punteos de Los Secretos. Un día grande homenajeando a un Grande que ya no está con nosotros.

Por muchos, muchísimos motivos, en los últimos tiempos tengo muy contadas alegrías. Los eventos retratados en el pictograma fijo y en la grabación de vídeo -aunque tenga un sonido pésimo, pero qué más puede pedírsele a un iPhone- son dos de ellas.

Para concluir, creo que no puedo dejar de mencionar el notorio evento que disfruté este pasado domingo. Cierta joven a quien apreciamos mucho se casaba. Se casaba con un torero. Se casaba con un torero MEXICANO. La de Dios, o sea. Ya pueden imaginar algunas de las aportaciones de México-lindo-y-querido a la ceremonia: ganaderos de Chihuahua con cara de pena porque en la frontera les obligaron a dejar sus pistolones, alguna mozuela de piel canela de buen ver que mejor ni mirar, no fuese a dar lugar la mirada a una liada hostiativa de medianas dimensiones... En fin, muy racial todo, máxime en considerando que el evento tuvo lugar en Sevilla, cuya burguesía como es bien sabido aporta un 'sabor especial' a todo y sobre todo a los eventos sociales. Claro, no pudo faltar el mariachi (que es una cosa que no sé si me da grima o no. No tengo claro esto). Ah, y brindis con reposado antes de comer. Es curioso, meterse análogo latigazo en las Rusias con un frio pelón es algo asumible. En Sevilla, a 30º, es como otra cosa. Y sin embargo entró. Mi cuñado y yo procedimos como los machos (empléese la entonación preceptiva, así como de Sinaloa) y nos lo atizamos sin limoncito, ni sal ni leches, que había que mantener el tirón frente a estos chicos.

Lo bueno es que luego no vomitamos ni nada.

En fin, amigos: sacaremos fuerzas de flaqueza para darle un empujón a Vladivostok y alcanzar una cierta constancia, ahora que he descubierto nuevos y vívidos flancos en la blogosfera. Blogosfera cuyo aplicativo de articulación (a.k.a. elputoblogger) se me ha cargado mi formato anterior y todos mis enlaces, hay que joderse. Y encima ha aplicado este fondo azul-marica-ilusión que no me atrevo a tocar, no sea que se joda todo mucho más. Y para rematar, se me ha llevado por delante mi contador con casi 90.000 entradas, recoños. Eso ha sido lo peor para mi autoestima bloguera. Pero renaceré de mis cenizas cual Ave Fénix...