25 febrero, 2009

El reton-no (3)

Hay veces en que pienso que el reton-no de Los Modos (y, en menor medida, la temporada de esquí) se está llevando por delante 'Noticias desde Vladivostok'.

No es exacto. Mucha más culpa tiene la situación ésa de que, ahora, no es bon ton hablar. Tiene su gracia: el indeseable inútil que nos gobierna mintió deliberadamente acerca de ella para sacar adelante su segundo (y no menos nefasto) mandato y, una vez que ya es imposible orillarla, se generaliza la sensación de que ya vale de hablar de ella. En fin, sólo diré que sólo estamos al principio del principio, a pesar de que la crisis (huy, lo que he dicho!) no tiene existencia por expresa renuncia a verbalizarla de todos nosotros.


Todos dicen que a los Kappelmeisteren de Asociaciones Provinciales de Asentadores de plantas de Jardín nos dan mucho trabajo este tipo de situaciones. De mierda, añadiría yo: mucho trabajo de mierda.


Supongo que es eso lo que hace tan imprescindibles los güikens, ninguno de los cuales, desde Navidad, he pasado en Zaragotham (salvo el del concierto de finales de enero). Diecisiete jornadas esquiatorias y un brazo filial fracturado es el balance del periodo. La mencionada rotura se debe al hecho de que UPFM esquía realmente muy bien, pero con la osadía e inconsciencia de los quince años, sin darse cuenta de que una no puede ir siempre enchufada, máxime cuando la nieve no es la adecuada, puesto que en tal caso, y si una se lleva por delante a un señor de unos 120 kilos de peso, lo más probable es que se rompa algo. Pobre UPFM, se ha jugado la mejor temporada de que tengo memoria al romperse cúbito Y radio.


En fin, y cada domingo por la tarde, ensayo (por razones reseñadas infra).


El poco tiempo restante se distribuye en un rechazo ya directamente radical de la televisión y en segundos arrancados, minutos perdidos y horas -tan apenas- de lectura ansiosa de tantas y tantas cosas: entre otras mil, Rompepistas, de Kiko AMAT, -una novela parcialmente generacional que describe bastante atinadamente cosas que me pillan un poco lejos pero que está bien-; Mate Jaque, de Javier PASTOR, -una curiosidad que cogí de Los Portadores de Sueños seducido porque una amiga, escritora de altísimo nivel, me dijo que la voz narrativa del autor le recordaba a la mía- y, sobre y ante todo, la im-pres-cin-dible Lo que arraiga en el hueso, de Robertson DAVIES, un escritor canadiense al que, como ya dije en su momento, desconocía en términos absolutos y que es de lo más brillante; esta quinta obra (es decir, la quinta que he leído) es a mi juicio el culmen del invento y he gozado con ella como hacía días que no me pasaba: recomendabilísima para fundamentar debates sobre Arte. Bravo triple por los Libros del Asteroide, compañía que a su gusto excelente en la selección de obra añade un cuidado exquisito en la edición.


Iba a mencionar lateralmente el asunto de féisbuc, pero ya estamos todos saturados de las reflexiones al respecto, creo yo. Como es obvio, sigo prefiriendo el blog como vehículo: la verborragia lo exige, y la inmediatez feisbuquera tiene como contrapartida la enojosa sinteticidad forzada. Si, tengo un féisbuc. No, no acaba de convencerme. No, no es culpable de las telarañas de 'Vladivostok'. De esas es culpable, sobre todo, la reiteración del día tras día tras día tras día, que se me lleva por delante, que me hace perder notas que nacen casi para extraviarse. MBO ha hallado, empero, en FB una herramienta de cybersocialización muy de su gusto: se puede perpetrar desde la Blackberry en tiempos perdidos, exige poco tiempo seguido y permite seguir conectada globalmente con familia & amigos del Mundo Real (tm) con gran comodidad. Para MBO es perfecto.


Y bueno, Los Modos. Ya se anticipaba en la entrada anterior lo del concierto del 24 de enero en el Cavern. Otros deberan opinar -aunque dada la pérdida de lectores de Vladivostok forzada por la ausencia del anfitrión no tengo muy claro que vaya a haber quien hable al respecto- pero yo debo decir que me lo pasé bastante bien, aunque el sonido no fue todo lo bueno que yo esperaba.







Llevé al set tanto la Gibson como la Rick. Sólo utilicé la Les Paul que sonó bien, realmente bien, y comprobé que no se puede simultanear su uso con el de la Rickenbacker. Dudo que a mis escasos-pero-brillantísimos lectores habituales le interese demasiado este ex cursus tecnicoide, pero bueno, puede ser interesante para eventuales visitantes ajenos. Resulta que la potencia de salida de las toasters de la Rickenbacker 1997 no es ni la mitad que la de las humbuckers de la Gibson Les Paul Classic. Ello obliga a forzar mucho el ampli cuando se emplea aquélla y bajarlo cuando se emplea ésta, lo que es un inconveniente, pues el ajuste de los niveles de mesa (y por tanto de sonido exterior, el que escucha el público) se hace sobre la base de un volumen del amplificador. Esto es así, al menos en el mundo del Pub-Rock. Cuando además se está tocando con un ampli de válvulas más bien pequeño, de 20w., la cosa empeora.

En fin: creo que he dado con la solución en Arde Madrid -tienda que me enseñó el Gran Escriña, el líder de los Insanity Wave-, que es ésta.



Espero no equivocarme porque el próximo concierto se hará con sólo la Rickenbacker. Osadía sin límites la de Hans. Esperemos que la pasión por la estética -no debe olvidarse que es la guitarra más bonita del mundo- no malbarate el show.


Por cierto, creo que no os había dicho que ese próximo concierto será el


Viernes 2009-02-27, 22.00 horas, ARENA ROCK (Plaza de Utrillas, s/n, Zaragotham).

Los Modos en directo.


Entrada gratuíta.


Hemos retocado el repertorio, que incluye ahora una versión power del gran Nada más de José María GRANADOS.


Quedáis, pues, informados todos, queridos, y me encantará veros por ahí.