Por eso me ha sorprendido tanto, tanto, en este momento tan neoochentero de mi vida (nota para la reflexión: igual para la vida de todos. Piensen en 1981, piensen en crisis severas. Den Vdes. gracias a Dios de que haya muchos menos asesinatos terroristas, eso sí) que publiquen la novela en que se basó el genial Tardí para dibujar el cómic del mismo nombre que se publicó a partir del primer número de CAIRO. Material polar con deje anarquista muy fino, la serie negra parisina. No la había leido pero el otro día, tras de devorarla, saqué de mi recién recontruída biblioteca (nota mental: hablar de ello próximamente en Vladivostok) los ejemplares de la revista para gozar su descripción gráfica. Una inversión: la evocación de escenas provocada por la lectura se había producido en blanco y negro. Exactamente como el cómic, que sigo recordando más de veinte años después.
27 diciembre, 2008
Drei hundert (y alguna cosa más)
03 noviembre, 2008
On the road again
Jailais sobre el concierto. Hay quien lo ha pedido expresamente en comment a la entrada anterior, y hay quien me lo pidió a la misma salida del show (será que me describo mejor por escrito, tal vez).
Digamos que las últimas cinco o seis ocasiones en que me he subido a un escenario ha sido en condiciones de provisionalidad: en algún concierto de los Green Apples versioneando algo de los Fab Four, alguna fiesta... La última ocasión en que sonaron Los Modos como debe ser fue hace cinco o seis años, en una especie de homenaje a los ochenta con presencia de un montón de grupos, cuando nos juntamos con Karl y con un batería que nos presentaron para la ocasión, e hicimos cuatro de los viejos temas. Stage inmenso y quince o veinte mil vatios, buenos amplis y equipo de escenario, focos en condiciones y una sala muy grande (y bastante vacía, para qué negarlo).
En fin, que me enrollo. Llegó el sábado pasado, llegó la tarde del sábado pasado, y después de adecuada siesta (ya ven Vdes. qué nivel de sosiego vital. Y es que Hans tiene la Contención del Samurai. Esta chorrada tan fina de la CdS me la saqué de la manga hace un tiempo, la repito como un mantra y causa el ostensible cachondeo de mis más allegados) llegaron las seis, hora de montar el equipo y probar sonido.
Para los de fuera, conviene indicar que la Zeta es una sala que tiene su aquél: tiene un tamaño razonable, un escenario en que cuatro tipos caben bien y pueden pegar los saltos de ritual,
un equipo de sonido tirando a flojo, y un set de monitores bastante patético que apenas se oye: uno canta a ciegas, no sé cómo explicarlo, y no resulta muy agradable. Pero bueno, hay que vivir con esas cosas.
El montaje fue razonablemente rápido y razonablemente eficaz, y en apenas dos horas estaba todo en su sitio y comprobado el sonido, de manera que pudimos valernos del Matarraña, un restaurante muy conveniente para cenar algo antes del show. Ahí ví cómo Michel empezaba a ponerse pelín nervioso, cómo Javier coqueteaba elegante y diestramente con la camarera (agraciada morenita que nos besó -castamente- a todos cuando le regalamos una chapa del grupo, cual si fuésemos starsinthesky), cómo Pedro mantenía su usual perfil bajo de bluesman de lujo y cómo nos tomábamos unos carajillos de whisky, que es una bebida muy adecuada en estas circunstancias de presión y temperatura.
Entramos al local a las 22.00, con ya mucha gente en la Sala, y me dirigí directamente a colgarme la Gibson Les Paul, mi elección hexacórdica para esa noche. En cuanto a la otra elección imprescindible, el set-list fue el siguiente:
1 La ventana del amor
2 Modos
3 La calle del ritmo
4 Ráfagas/So Lonely
5 Please, please me
6 Te perseguiré
7 Luna de verano
8 All I’ve got to do
9 Actitud
10 The Monsters
11 Sweet home Chicago
12 Cansados de llorar
13 Chicas tontas
14 My Sharona
15 Ojos de perdida
16 Eres vulgar
17 Chica Pop
18 El espejo
Bis1 No sé qué hacer
Bis2 Medianoche
Seis versiones sobre veinte temas, que es una proporción prudente. Casi 90 minutos de show.
Para conocimiento de los que me preguntaron: nos quedamos contentos con la actuación. Me consta que las voces quedaron dignamente ensambladas y los pequeños patinazos de interpretación que hubo fueron de fácil corrección, de esos que uno percibe desde dentro, pero no tanto desde fuera. Cada punteo poco fino, eso sí, me sigue rebotando en la cabeza acompañado de la palabra ‘torpe’.
Contentos también con la gente, para la que, me fue dicho, el concierto resultó un poco corto. Cierto es que había mucho público muy leal a priori (es lo que tiene tener buenos amigos), que sobrellevaron el sonido no muy fino de la sala. De hecho, entre los invitados de excepción se encontraba la nunca suficientemente admirada Cayetana Altovoltaje, lamentablemente desaparecida (de momento) de la blogosfera, que acudió desde su (remota) residencia actual junto con un joven que movió a interesada lujuria a varias de mis amigas. En fin, a pesar del referido sonido la cosa se mantuvo bastante bien hasta que llegamos, justo, al ecuador del concierto: la versión de The Monsters, un instrumental con deje garajero que siempre me ha gustado mucho y que empleamos como sonido de base para presentar a la banda. Justo, justo en ese momento, después de haber presentado yo a mis tres compañeros, y cuando iba yo a ser el presentado (empezaba yo el punteo correspondiente), mi amplificador decidió dejar de sonar. A cero. Nada. Justo entonces. Justo a mitad. Vamos, como cuando Fernando Alonso rompe a treinta metros de la bandera a cuadros. Sólo que mi homónimo no es capaz de parar mientras el resto de su escudería sigue rodando, desmontar el motor y montar uno nuevo y seguir corriendo, que es lo que hice yo, que ya tengo una experiencia y me había llevado un ampli de reserva, que monté sobre la propia marcha mientras entre Javier, Pedro y Míchel mantenían la nave en marcha. Sinmarc 4050 -español, de transistores, de 1983-, uno, Hughes & Kettner Tube Edition -alemán, de válvulas, de 2006-, cero. Patético, pero cierto. Segunda vez que me pasa con el mismo cacharro. Última, claro: lo repararé y lo venderé.
Las sorpresas de la noche para el público que conoce a Los Modos desde 1985 fueron tanto la fuerza y expresividad de Javier, nuestro nuevo batería, que procede de palos muy poco pop y aporta por ello miles de matices de luxe, cuanto la potente voz de nuestro nuevo bajista, Pedro, tanto en Sweet Home, Chicago como en My Sharona (que quedó especialmente bien). Aquél es un tema que queda fuera de nuestro canon, pero muy lucido. Éste último es, simplemente, una cuestión generacional.
Y qué más contar. Que fue muy divertido, que acabamos contentos, y que el Triunfo (en el sentido de celebración de la llegada de los generales romanos victoriosos a la metrópoli) se prolongó hasta las cinco de la mañana. Y que nunca hay suficiente rock'n roll. Y que quiero volver a tocar live. Ya. Ya mismo. Donde sea. Acepto sugerencias. Desde hoy. Arghs.
Concierto de Los Modos. Zaragoza, Sala Zeta, 2008-11-01, 21.30, entrada libre.
23 octubre, 2008
We're gonna have a party-party
Enjoy!
22 septiembre, 2008
Reconsideración de la música gafapástica
Y esto, lo que encontramos:
Coñas aparte, el concierto nos gustó. Na' que ver con lo esperado, pero gustó.
19 septiembre, 2008
A petición del amable público...
15 septiembre, 2008
¿Caprichoso, yo?
Justo de ese color, justo de ese modelo. Y suena de cojones. Y qué ensayo, ayer tarde, con el nuevo apero. Que lo sepan Vdes.: no tardaré en en colgar la dirección del correspondiente MySpace, en el cual figurarán pormenorizadamente detallados lugar, hora y fecha del bolo del regreso de Los Modos.
Cuídenseme.
29 agosto, 2008
Ah, las libertades en Cuba...
27 agosto, 2008
Una de Pérez- Reverte
A ciertos amigos les ha extrañado que el arriba firmante, que presume de cazar solo, se adhiriese al Manifiesto de la Lengua Común. Y no me sorprende. Nunca antes firmé manifiesto alguno. Cuando leí éste por primera vez, ya publicado, ni siquiera me satisfizo cómo estaba escrito. Pero era el que había, y yo estaba de acuerdo en lo sustancial. Así que mandé mi firma. Otros lo hicieron, y ha sido instructivo comprobar cómo en la movida posterior algún ilustre se ha retractado de modo más bien rastrero. Ése no es mi caso: sostengo lo que firmé. No porque estime que el manifiesto consiga nada, claro. Lo hice porque lo creí mi obligación. Por fastidiar, más que nada. Y en eso sigo.
No es verdad que en España corra peligro la lengua castellana, conocida como español en todo el mundo. Al contrario. En el País Vasco, Galicia y Cataluña, la gente se relaciona con normalidad en dos idiomas. Basta con observar lo que los libreros de allí, nacionalistas o no, tienen en los escaparates. O viajar por los Estados Unidos con las orejas limpias. El español, lengua potente, se come el mundo sin pelar. Quien no lo domine, allá él. No sólo pierde una herramienta admirable, sino también cuanto ese idioma dejó en la memoria escrita de la Humanidad. Reducirlo todo a mero símbolo de imposición nacional sobre lenguas minoritarias es hacer excesivo honor al nacionalismo extremo español, tan analfabeto como el autonómico. Esta lengua es universal, enorme, generosa, compartida por razas diversas mucho más allá de las catetas reducciones chauvinistas.
La cuestión es otra. Firmé porque estoy harto de cagaditas de rata en el arroz. Detesto cualquier nacionalismo radical: lo mismo el de arriba España que el de viva mi pueblo y su patrona. Durante toda mi vida he viajado y leído libros. También vi llenarse muchas fosas comunes a causa del fanatismo, la incultura y la ruindad. En mis novelas históricas intento siempre, con humor o amargura, devolver las cosas a su sitio y centrarme donde debo: en el torpe, cruel y desconcertado ser humano. Pero hay un nacionalismo en el que milito sin complejos: el de la lengua que comparto, no sólo con los españoles, sino con 450 millones de personas capaces, si se lo proponen, de leer el Quijote en su escritura original. Amo esa lengua-nación con pasión extrema. Cuando me hicieron académico de la RAE acepté batirme por ella cuando fuera necesario. Y eso hago ahora. Que se mueran los feos.
Quien afirme que el bilingüismo es normal en las autonomías españolas con lengua propia, miente por la gola. La calle es bilingüe, por supuesto. Ahí no hay problemas de convivencia, porque la gente no es imbécil ni malvada, ni tiene la poca vergüenza de nuestra clase política. La Administración, la Sanidad, la Educación, son otra cosa. En algunos lugares no se puede escolarizar a los niños también en lengua española. Ojo. No digo escolarizar sólo en lengua española, sino en un sistema equilibrado. Bilingüe. Ocurre, además, que todo ciudadano español necesita allí el idioma local para ejercer ciertos derechos sin exponerse a una multa, una desatención o un insulto. Métanse en una página de Internet de la Generalidad sin saber catalán, por ejemplo. De cumplirse el propósito nacionalista, quien dentro de un par de generaciones pretenda moverse en instancias oficiales por todo el territorio español, deberá apañárselas en cuatro idiomas como mínimo. Eso es un disparate. Según la Constitución, que está por encima de estatutos y de pasteleos, cualquier español tiene derecho a usar la lengua que desee, pero sólo está obligado a conocer una: el castellano. Lengua común por una razón práctica: en España la hablamos todos. Las otras, no. Son respetabilísimas, pero no comunes. Serán sólo locales, autonómicas o como queramos llamarlas, mientras los países o naciones que las hablan no consigan su independencia. Cuando eso ocurra, cualquier español tendrá la obligación, la necesidad y el gusto, supongo, de conocerlas si viaja o se instala allí. En el extranjero. Pero todavía no es el caso.
Y aquí me tienen. Desestabilizando la cohesión social. Fanático de la lengua del Imperio, ya saben. Tufillo franquista: esa palabra clave, vademécum de los golfos y los imbéciles. La puta España del amigo Rubianes. Etcétera. Así que hoy, con su permiso, yo también me cisco en las patrias grandes y en las chicas, en las lenguas –incluida la mía– y en las banderas, sean las que sean, cuando se usan como camuflaje de la poca vergüenza. Porque no es la lengua, naturalmente. Ése es el pretexto. De lo que se trata es de adoctrinar a las nuevas generaciones en la mezquindad de la parcelita. Léanse los libros de texto, maldita sea. Algunos incluso están en español. Lo que más revienta son dos cosas: que nos tomen por tontos, y la peña de golfos que, por simple toma y daca, les sigue la corriente. Pero de ellos hablaremos la semana que viene.
16 agosto, 2008
1179
18 julio, 2008
De Ciudad Real al 'Ángel Azul'
No sé si le pasa a todo el mundo. Cuando salgo de casa por la mañana se me activa una especie de selector mental de canciones random y hace que suene un tema. Hoy ha sido Marliese, una canción de FISCHER Z, banda a la que -de seguro- no conocerá ni el 15% de mis lectores usuales (básicamente, por una cuestión de edad), canción que invariablemente me lleva a Frau Dietrich, que es una señora que -como es natural y propio para un hombre de bien- siempre me ha gustado mucho.
Y no sé por qué hoy también se me ha cruzado en el camino el bló de Almodóvar. A Peeeeeeeeeeedro no le tenía yo especial simpatía, pero la cosa quedó bien definida cuando constaté su absoluta indecencia ética a través de sus manifestaciones el día del bombazo de la estación de Atocha (todavía estoy esperando que la progresía razonable (¿?) le aplique el correctivo que merece).
Hoy aún es peor la cosa. Ser indigno como es, hoy espeta esto:
Sin la luz con la que Von Sternberg iluminó el rostro de Marlene, Marlene nunca hubiera sido la Dietrich, se habría quedado en una chica socarrona tirando a gordita.
Hoy no se trata de hacer una valoración ética de Almodóvar, quien, siendo crudos, podríamos definir éticamente por lo que fue siempre: una marica* mala de Calzada de Calatrava. A efectos de un tal juicio -ético, insisto- sería por cierto irrelevante que haya hecho algunas buenas películas hace ya bastantes años. Aquí quiero simplemente ponderar su capacidad de percepción estética. ¿Puede ser el gran gurú de la sensibilidad española quien espeta semejante aberración? ¿O simplemente nos encontramos con un telepredicador socarroncete-plano-y-gordo (paradójicamente) de lo hispanocutre?.
______________
* Y vaya por delante que su orientación sexual (como la de todo el mundo, por cierto) me resulta absolutamente irrelevante. Una marica mala es un tipo muy concreto de persona en la que lo menos importante es de quién se enamora o con quién practica sexo.
17 julio, 2008
Orgullo y perjuicio
(1) Los FLECHAZOS, No voy a cambiar
14 julio, 2008
XLII
15 junio, 2008
Mediando junio.
La referida ciudad está en el medio de ninguna parte. Imagino que si uno es valenciano, la cosa le resulta próxima. Yo tuve que reflexionar para hacer la traza de mi ruta. Traza a mano, claro: los info-aperos te mandan todos por MAD o por Valencia.
Y es que en España hay más sitios aparte de MAD, BCN, Sevilla, Valencia o Zaragotham. Muchos más, a los que no se accede a través de los radios de rueda REDIA, si no mediante capilares de tela de araña; ejemplo, Albacete. Hay una ruta de una belleza casi dolorosa -retened el nombre, rincón de Ademuz- que va desde Zaragotham a Teruel y sigue hacia el Sur, a cuchillo, por entre llanos y cortados montunos, hasta llegar a Albacete.
Cojo el coche grande y familiar. MBO ha manifestado su cierto temor por las lluvias torrenciales que pueden llevarse el cochecillo negro de techo de tela por delante.
Maripuri, el navegador, persevera en las opciones más conservadoras, coñazo y autovíicas. Yo me resisto y me meto por rincones que me hacen echar de menos al cochecillo: bien de curva contundente a negociar acelerando. Dos toneladas, por más sobrecargadas de caballos que vayan, no son lo mismo. Tengo sensación de Pegaso de tres ejes.
Pero eso es lo que no hay: camiones por las carreteras. Una vez más, los perserverantes delitos de coacciones de algunos camioneros han conseguido que, para que tales camioneros consigan sus objetivos, otros hayan de ver sus derechos pisoteados. Y es que 'piquete' es sinónimo de 'amontonamiento de hijosdeputa'.
Cada vez que llego a una ciudad como Albacete ratifico mi tesis de visión aeronáutico-hormiguesca. Cuando montéis en un avión, no dejéis, en el momento inmediato posterior al despegue, de mirar al suelo, a los coches que se empequeñecen a toda velocidad, a las personas que en dos segundos mutarán en menos-que-hormigas. Y pensad que todos y cada uno de ellos alberga en sí una cosmovisión, un conjunto de valores, pasiones, deseos y aversiones. Como los vuestros. Todos ellos. Cada uno de ellos.
Y es que hay un error conceptual de partida que es muy frecuente entre nosotros, los privilegiados, consistente en pensar que sólo existe nuestro punto de vista. Que lo demás son los cutres que ven el tomate, los guarros de camiseta sin tirantes e Ibiza amarillo tedeí, las gordas que arrastran bolsos por los hospitales públicos, y que esa gente da plano en el encefalograma.
Ojo, que esto no es tolerancia cutre, buen rollito zapaterí. Por supuesto que es un desastre que el pésimo gusto, la incultura, la zafiedad estén generalizadas. Que debería generalizarse un modelo mejor (el nuestro, naturalmente). Pero así y todo...
La tolerancia no implica tragar semejante mierda. Tampoco tiene que ver con lo que hacen los sozis ('No piensas como yo, luego no te hago ni puto caso: me importa una mierda'). Se trata de intentar examinar qué demonios piensan, contrastar y en un debate franco y honesto (partiendo de la premisa de la 'no-superioridad', del 'tal-vez-tenga-razón') llegar a convencer.
Se llama dialéctica, pero claro, exige un esfuerzo de la hostia.
A ver si es que estamos un poco equivocados. Aunque sólo sea por estadística. Es probable que este análisis tan tonto me haga respetar, todavía, algo, al género humano.
Como digo, no parece que Albacete tenga especial interés general. Hay millones de bares, sitios de tapas, garitos de noche. Se come con contundencia y sin matices (ni interés).
El edificio de la Cámara de Comercio es precioso: lo que fue el chalet de una familia de posibles que se fué a tomar por saco después del suicidio del patriarca.
Mi viaje es laboral (kind of, en realidad).
Sesiones científicas de interés, cierto. Visitamos en el tiempo restante una bodega, Los Aljibes, cuyo producto apunta maneras. Todo el equipo -la enóloga, los comerciales, la gente de organización- son jóvenes, inteligentes y guapos. El director es uno de esos hijos de millonario que demuestran que dicha condición, en sí, no quita mérito alguno: el tipo, que no tiene treinta años, es encantador, educado, elegante, preparado y formado debidamente, extraordinariamente amable e implicado -con esfuerzo importantísimo- en la gestión de una de las bodegas mejor organizadas que he visto hace muchos, muchos días. Con viñedos de uva originalísima -quién coño iba a decir que había Viognier en Albacete, quién esperaba ese Cabernet Franc-, que en este momento, después de la lluvia, lucen un verde demoledor: qué belleza, por Dios; paseamos por la explotación en un arrastre de cuatro caballos. Que además hace aceite en las almazaras colindantes; con su yeguada. Todo suena, tal como lo cuento, como capricho de rico. No. Algo sé de ese tipo de explotaciones; espero que les vaya de miedo, pero, además, dudo bastante que no funcione adecuadamente; vamos, que les dé dinero, que es lo que debe ser.
Me tuesto al sol de Castilla mientras degusto los caldos de la casa con placer.
Me cuentan, en mi reunión de Kapellmeisteren de Asociaciones Provinciales de Criadores de Plantas de Jardín, de las últimas cabronadas que el sector ha perpetrado entre algunos de mis antiguos compañeros. Me jode mucho, pero sé que 'no se vayan todavía, aún hay más'. Aparte de esto, el momento es grato. Viejos camaradas, nuevos amigos, el tono afectuoso que llevamos manteniendo doce años ya.
Me llevo como libro para los tiempos perdidos Todavía no me quieres, de Johnathan LETHEM, que podéis, con toda tranquilidad, dejar abandonado en el montón de la librería cuando os tiente con su portada poderosamente rosa.
Echo en falta a mi familia, y no se me ocurre llamar por teléfono.
Regreso y me precipito en un domingo inmediato anterior a una semana infernal, en que el ensayo de Los Modos tendrá lugar el martes a las 22.00, y en que espero que el Zapatos no explique a Trichet qué debe hacer -cada opinión del gran estadista nos cuesta un disgusto gordo y cuantificable- , ni tampoco cuchichee con La Sónsoles mientras suena el Himno Nacional. Indeseable. Asqueroso. Que seas rojo (advertencia, le estoy citando) no te permite que faltes al respeto. Como tampoco te disculpa la torpeza de haberte quedado apoltronado mientras pasaba la bandera de los Estados Unidos. Por cierto, incompetente: esto no te lo perdonó Bush, pero tampoco te lo perdonará Obama, la Clinton, Mc Cain. Nadie en los USA, gran estadista.
04 junio, 2008
"... que Vladivostok no se rinde"
a) estoy absolutamente hasta arriba de trabajo. Sí, lo sé: la excusa es cutre; pero es que, además...
b) ...Los Modos están de nuevo en la carretera, con batería y bajo nuevos (espero poder colgar algo de material sonoro decente a pesar de maquetero a no mucho tardar), y
c) ... estoy yendo al gimnasio de manera regular. Sí, pueden creerlo.
Y no crean, durante estos (glups) más de dos meses se me han ido ocurriendo cosillas que colgar, pero siempre los borradores quedaban sepultados bajo montones de papeles de toda naturaleza. Eso pasó con las notas de Moscú, por ejemplo. A saber andestán.
Hubo anécdotas reseñables en ese viaje, sí. Tal como cuando MBO y Hans se van a tomar una copa a un bar absolutamente sensacional (en la decoración, en la concurrencia -señaladamente la femenina, y me remito a lo señalado en un comment en la anterior entrada-, en la música durante la primera media hora).
Hans pide, de acuerdo con su costumbre dada la hora que es, un Dry Martini
- How d'you like it, Sir?
- Very, very Dry, please.
El barman no especifica la costumbre de la casa de realizarlo directamente "à la 007". Es decir, con Vodka. Con ese jodido vodka ruso que es lo más parecido al alcohol de quemar que un ser humano pueda beberse.
Hans se lo pimpla, claro, pero al pedir el segundo no olvida indicar "Not that dry, in fact. Bit softer, please" con manifiesto cachondeo de MBO, que no se apiada de la garganta flameante de su esposo (que coincide que soy yo).
He descubierto a un escritor que desconocía y que me ha tenido enganchado cual yonki a sus libros. Espero que sigan publicando su material. Entretanto, les encarezco que se hagan Vdes., de inmediato, con la Trilogía de Deptford, y disfrutéis como he hecho yo. El nombre es Robertson DAVIES: no lo olvidéis.
He escuchado músicas relativamente nuevas, yo, aferrado de usual a mis iconos pop de décadas casi olvidadas. De momento, Las Charades, lo nuevo de Lula, el sensacional disco de Insanity Wave. Comprad Late Night Shift, que es un disco fenomenal. No olvidéis a esta banda si os gusta el power pop de raiz más americana que brit. Los Insanity cantan en un inglés excelente y a pesar de ello (es sabido que lo de que un grupo español cante en inglés es algo que a mí, a priori, me repatea los hígados) me encantan. Además tienen el muy buen sentido de grabar en serio, en sitios serios, producidos en serio y con muy, muy, muy buen gusto en producción (estoy harto de producciones malas o simplemente valencianas, a puro de superponer violines infames). Todo ello hace que, por el momento y para mí, Late night shift sea el mejor disco power pop español del año 2008.
Y ello a diferencia del último de Paul COLLINS. Me temo que el maestro, después de Flying High, se ha precipitado en sacar nuevo disco, y ha patinado fuertemente. Ribbon of Gold es, simplemente, un disco vulgar, del montón. Y me jode decirlo, porque su autor -que me cae muy bien- lo es también del disco que comentaba hace un par de años y medio y me parece sensacional. Qué le vamos a hacer, no es fácil componer tantas canciones buenas. Nos quedaremos con el anterior y con tantas otras grandes canciones que el Maestro Collins nos ha proporcionado en el pasado y esperaremos que vuelva a hacerlo en la conciencia de que los genios pueden caer y renacer de sus cenizas.
He visto la película de Indiana con manifiesta decepción (¿será que somos más viejos, o será, simplemente, que la pelicula es flojísima? ¿Cómo pueden ser tan burdos como para recurrir a chapuzas extraterrestres? Qué lamentable). En fin: MBO dijo que la película evidencia la gran crueldad de Natura: Indy (perdón, Harrison FORD) sigue teniendo un pasara sus sesenta y tantos, pero Karen ALLEN está manifiestamente perjudicada tractu tempore. Y hube de replicarle -tal vez adoleciendo de cierta falta de caballerosidad para con la referida actriz- que la ALLEN jamás ha sido, a ojos masculinos, un bollazo, a diferencia de Indy (Perdón, FORD), que SIEMPRE lo fue a ojos femeninos. Diré que el debate, en rigor, podrá tener lugar dentro de veinte años o así, pero tomando como referencia la niña Blanchett que, esa sí, está para mojar pan. Pan soviético, para mojar en vodka (y así se cierra el círculo de esta entrada :D).
Ah, no, que no puedo cerrar la entrada sin mencionar que, con el objeto de que pueda dar cumplimiento a mi plan health&beauty summer 2008, MBO me ha regalado unas Nike Shox Experience Azules muy efectivas. Como estas. Casi enrojezco de exhibir mis gymvergüenzas, he de reconocerlo, pero por otra parte me enorgullezco de mis treinta minutos de elíptica, mi masoquismo maquinero con bien de kilos en carga, mis tablas de abdominales homicidas, y todo ello no menos de tres veces por semana. Esta esquizofrenia espiritual va a acabar conmigo. Al menos puedo mirar a Dwalks a la cara
Bueno: vuelvo a la mina. Sólo quería que no se olvidasen de mi. Sólo quería no olvidarme yo mismo de que tengo un bló y ello conlleva una dosis de poder, y todo poder lleva aparejada una responsabilidad y blablabla.
P.S.: Cuán inmateriales, las vacaciones, urghs. ¿Existirán?
P.S. #2: ¿Tendré lectores todavía? No volveré a pegarme más de dos meses (glups) sin actualizar, que el público se merece una atención y un respeto, y por ello una continuidad.
30 marzo, 2008
Rocket to Russia (Rusia, I)
05 marzo, 2008
¿Queda algún lugar para los ancianos?
04 marzo, 2008
TENSIÓMETRO (o “Dé-ba-te, II”)
Meto, a cambio, mi nuevo Vaio, junto con el módem USB que me vendió Laura la semana pasada para poder estar permanentemente conectado (me siento de lo más moderno: casi a punto de abandonar la cybertorpeza, oiga), el multiplicador de puertos USB (¿os dáis cuenta, qué nivel de solvencia técnica?) que compré en la FNAC a la vez que La Piedra Sagrada (Clive CUSSLER. Thriller irrelevante de los de llevarse a esquiar) y el último de Mercedes ASENSI, esa chica/señora/escritora que no sé yo muy bien definir: entre maruja ilustrada y protoescritora de thrillers con flanco histórico/intelestuá/filosófico. No la critico con crueldad, ojo: es que no sé dónde encajarla (a martillazos).
Por aquello de las cosas a las que me dedico profesionalmente en la vida de ahí afuera y los estreses que sufro, hace algún tiempo me fue recomendado por facultativo que me hiciese con un tensiómetro, con el que periódicamente verifico mi estado tensional (yo mismo mismamente sin el concurso de nadie). Efectúo esta noche tres tomas. Primera, relajado, pensado el grato acto del que recién he llegado: la puesta en sociedad de un libro inteligente escrito por un tipo inteligente presentado por tres tipos inteligentes, qué gozada: 124/73. Segunda: reflexión: hoy es tres de marzo; esta noche es el putísimo debate: 138/73. Última toma, pensando en blanco y a toda velocidad por Marmotas en Cerler. Placer, relax. 123/72.
Corolario: el debate, a pesar de lo que dije la semana pasada, lo va a ver Rita La Cantaora. Lo político me es una pasión, qué hostias, como sabe cualquiera que me conozca, pero entreveo que es una pasión malsana, a la vista de lo que se vive en España hoy en día, a la vista de sus protagonistas y personajes secundarios, a la vista de lo lejos que me veo a veces obligado a llegar en mi pulsión dialéctica y en mi amor por ir a la contra del pensamiento dominante de hoy. Hoy, pues, que le den.: prefiero mantener mi 12/7.
Como contrapartida, y según decía más arriba, mi primer momento tensiómetro: Luis Alegre, Daniel Gascón y Pep Guardiola presentan la nueva novela de David Trueba. Como MBO estuvo a punto de decirle al autor –pero no lo hizo, somos gente civilizada y lo mismo se consideraba una grosería- cuando fue a recabar su autógrafo al final del acto, yo a David Trueba le admiro por su inteligencia-condición de buen escritor y, no menos, por haberse casado con Ariadna Gil, que no deja de ser una musa para cualquier persona de bien.
La presentación fue una formidable articulación de ingenio a tres (bueno, a cuatro: el propio Trueba coadyuvó a su autopresentación con gracejo y destreza); yo, que como mis lectores saben bien soy antijurgorístico, disfruté constatando que un jurgorista, y más en concreto el susodicho Guardiola (perdón: futbolista) puede ser un tipo sensato, con buen gusto, con sentido común, incluso considerando su condición de taxista circunstancial. El muy joven Gascón pronunció muy sensatas palabras asimismo. En fin, que muy bien. Además, no sólo se recabó la firma de Trueba en su último libro (que MBO ha hecho suyo a efectos de primera lectura), si no también una del Sr. Guardiola para UPMM, que –creo- es muy del Barça (no sé si eso es bueno, malo o regular).
Todo el acto me recordó un momento anterior a la última glaciación en un garito que frecuentaban Luis Alegre y David Trueba, el Bambalinas, en Zaragotham, local que era también el local de parroquia (muy à la Cheers) de la panda de mi hermano, que por cierto tiene justo la edad de Trueba y que por cierto siempre estuvo secretamente enamorado de la joven Ariadna Gil, a la sazón hermana de los Gil de Brighton 64 (para la comprensión de todo esto, referenciémonos al pasado mod de Hans). En el Bambalinas la panda de amigos de mi hermano estaban siempre a punto de darle dos tortas a Jorge Sanz, que siempre fue un poco chulito madrileño con las niñas que, ilusionadas, se acercaban a pedirle un autógrafo. Digo chulito porque no creo que mida más de 1.52. El muy mierdas.
En fin, que debería hablaros de mi fin de semana en la nieve o de la llamada de mi hijo que, desde Windermere, conseguía sacarme de la ofensiva combinada de la hora de cenar de las tres jóvenes arpías que pueblan mi casa y se conchaban para fustigarme, contándome el acto efectuado por la Royal Navy en el Colegio para conseguir reclutamientos ("Papá: zapatos blancos, medias blancas hasta la rodilla, pantalón corto blanco: qué pinta llevaban"), cosas todas mucho más interesantes que el puto debate que, según creo, fue un coñazo. Perdón: otro coñazo.
Hale, que vaya bien. Mañana miércoles es fiesta en Zaragotham, de manera que tendré opciones para nuevas tomas equilibradas de tensión. Fijo.