30 diciembre, 2005

Beautiful south


Bueno, bueno, queridos amigos. Se fué como llegó, como decía la canción de los Secretos. En efecto, hemos conseguido superar la Noche-soi dissant-buena y Navidad, saca la bota, María que me voy a emborrachar (no, estos días no he hecho semejante cosa, pero comentaremos más tarde).

Desde tiempo inmemorial mis Navidades transcurren en el hermoso Sur, que es de donde es la bella MBO. Este año, después de la tradicional discusión vamosencoche-no,vamosentren, de la que -naturalmente- salió victoriosa MBO, y después de haber sido expoliados (hasta un grado que resulta obsceno reflejar en un blog decente como este) por la RENFE, montamos en el AVE los cinco dirección Sevilla (manda cojones... los billetes fueron adquiridos en Noviembre, y con todo y con eso no hubo modo de conseguir plaza para los cinco en el directo ZAZ-Sevilla; hubimos de cambiar de Altaria a AVE en Madrid). Algún día explicaré por qué me gusta TANTO viajar en coche, y TAN POCO viajar en tren. Valga como indicación el hecho de que me desasosiega ilimitadamente (ya desde la noche anterior, siempre) la imagen del culo del tren que huye en la estación dejándome en tierra por llegar algo así como doce segundos tarde. Vaya por delante que es mera fabulación: jamás he perdido un tren. Me altera. Diréis que también puede pasar con los aviones, pero no. No sucede cuando vuelo, que es algo que me gusta muuuuucho. Pero a MBO no. Así que.

Partiendo de la base de que como es obvio a mí la Navidad NO me gusta, es lo cierto que el rigurosísimo régimen de Tio Pepe, caña de lomo y jabugo a que me somete mi querido Suegro no me sienta nada mal. Tampoco va mal dormir bien más de diez horas. Los agradables paseos semicampestres con MBO entre tripeada y sueño tienen la virtud de equilibrar el asunto (jatetú... lo mismo sucede que esta Navidad será recordada con agrado por eso). Y si encima la parienta (qué lamentable limitación del lenguaje escrito, no poder imprimir el adecuado sello de desagrado si no mediante la cursiva, mediante el uso de un término insuperablemente despectivo) de mi cuñado tiene a bien no estar, la cosa casi se redondea. Da lo mismo la debacle regalera (digamos que es el flanco más débil de las Navidades en casa de la familia de MBO de siempre, pero este año ha sido tremendo). Incluso la tremebunda ruidera que generan los innumerables under-fourteen que hay par tout no resulta tan dañina... qué caramba, aunque a mí la verdad es que los niños (los ajenos, claro) no me hacen ni puñetera gracia, es cierto que su presencia da como "ambiente". O asín.

Me gusta ver a mis hijos jugando con todos sus primos/tios, pues tales superposiciones generacionales, tios más jóvenes que sus propios sobrinos, se producen abundantemente en la familia de MBO, que es una clásica del Sur. Más Saga que familia, de puro inmensa, con un Patriarca: el abuelo, que tuvo veinte hermanos y que ha tenido seis hijos... uno de los modelos más acabados de Caballero que he conocido: rigurosísimo consigo mismo, un hombre de Honor, que con casi noventa años sigue anteponiendo el Deber a cualquier apetencia personal, cariñosísimo con sus nietos y biznietos, que se conserva formidablemente gracias a su gimnasia sueca matutina y a que ha estado montando a caballo regularmente hasta hace nada, y que a pesar de ser una persona extremadamente conservadora no osa -por más que no comprenda nada- decir nada a ese nieto que arrastra greñas y barbaza entre jipiosa y jesucrística.

Días gastronómicos de poco experimento: la cocina tan tradicional como excelente de casa de mis suegros, apuestas clásicas en vinos buenos, Pesquera, 904, y ayer -ya en Zaragotham- un Abadía Retuerta Selección Especial 2000 que seleccionó MBO tomando unas tapas que estaba escandalosamente rico.

Lectura ligera la elegida para estas fechas tan entrañables y tan nuestras: una colección de relatos de un clásico de la policíaca tradicional, S.S. Van Dine, procedente de la biblioteca de Don Luis, mi querido abuelo materno, y una especie de Gurb intelectualizadillo, Cartas a la antigua China, de Herbert Rosendorfer que os recomiendo, aunque desde luego le falta la frescura cósmica del amigo Mendoza. Apenas me he quedado en la tercera paginilla de Operación Shylock, de Philip Roth, de manera que nada digo al respecto.

En el tren de regreso, ayer, cojo la agenda 2006 para empezar a anotar cosas, la lista de tareas a medio ejecutar, compromisos y citas ya concertadas, reuniones (y fabular con la idea de hacer un planning de ciertas reuniones forzosamente bimensuales y programarlas YA, establecer los órdenes del día YA, cerrarlas YA, convocarlas YA y olvidarme de ello YA... y demostrar con todo ello su cósmico absurdo. El de las referidas reuniones, claro. Luego he regresado a la realidad),

Termino de escribir, releo, me pregunto... ¿he sido capaz de reflejar la sensación de languidez de estos días en que no ha pasado nada?.

Ah, bueno, sí. Si que ha pasado algo: os he echado de menos.

Que empecéis bien el 2006 y que éste sea un año formidable para todos.

19 diciembre, 2005

güiken apdeitin'


Voyons...

El viernes, después de notable metida de pata organizativo familiar por mi parte -que no viene al caso glosar-, me fuí a La Lata de Bombillas a ver un fastuoso concierto (que ya tenía programado) de The Vibrants. Los Vibrants son más surferos-rock'n roll, pero ahora suenan limpio, han dejado el toque garajero que saturaba más de lo debido el Pipeline, por ejemplo.

Como el bajista -que es quien les ha "pulido" en buena medida el sonido, pues es un fantástico técnico- es amiguete, luego estuve hablando de coñazos técnicos de esos con los que no os aburriré, aunque su sonido es estupendo y muy vintage (todo a base de amplis Fender, Unidades de reverberación Fender e instrumentos muy de época (Fender JazzMaster, Mustang y todas esas cosas).Me encantan los instrumentales sesenteros, y como soy pelín culo veo culo quiero, al día siguiente -como se verá- me compré un juego de D'Addarios del 0.010 de entorchado plano con las que me despellejaré los dedos pero sonaré muy, muy Shadows.

La noche constinuó en el Blue Note, con la presentación del número xxx de Aki Zaragoza, lleno de divinos, divinas y petardeo general. Me tomé una copa y a casita, que es tarde.

El sábado tuvo partido de basket de UPFm a las 12.00 (derrota demoledora 40-0, pobre mía, les hacen jugar con niñas mayores y me las canean); luego, para quitarle la pena, la llevé a mi proveedor de guitarras y esas cosas y aparte de las D'Addarios para mí le compré unas cuerdas y una púa, todo ello muy blandito, para que empiece a tocar; ya la tiene encoardada, y veremos lo que le dura (fue petición suya, no soy culpable :-D)

En estas fecha, qué menos que proceder a compras navideñas. MBO se ha comido la parte del león del pestiño adquisitivo, pero el sábado tarde tuvimos un par de gestiones conjuntas antes de irnos a cenar con los amigos. Si, señores: dieciocho personas pudieron cenar bien en un sábado de estas fechas por 35 EUR each, all included. Eso sí, tal cual salimos de la agradabilísima cena, fuimos a un par de garitos completamente cortarrollos (el segundo, esepcialmente nauseabundo: tardamos SEIS minutos en irnos a casa, incluida la cata del cristasol que me pusieron como disolvente: regeton, yintóxic y chusma abundante tienen un efecto fulminante sobre MBO & Me. Puedo asegurar, con sólo haber bebido un trago -el resto quedó allí- que si llego a probar ese alcohol de madera quedo ciego para los restos, o, en el mejor de los casos, sigo hoy con resaca).

Y ayer fue domingo, y con eso queda todo dicho. Bueno: todo no, pues UPFm tenía un cumpleaños en un chiquipark y hube de ir a buscarla final de tarde para volver a comprobar que, en efecto, los chicos y chicas que cuidan a los niños en esas instalaciones infernales han tenido que ser MUY, MUY, MUY MALOS en sus anteriores reencarnaciones. Si no, no se comprende semejante castigo.

En fin: estamos a cinco días del culmen del horror navideño éste. Esperemos que pase pronto. Por cierto, parece ser que hoy se han superado las cinco mil entradas en este su blog. Mencanta, para qué voy a engañarles...


16 diciembre, 2005

Waiting for a friend


El Hanna Fritz es un lugar cómodo ciertos días y a determinadas horas. Lo cierto es que eso es lo que pasa en la mayor parte de los garitos de Zaragotham. Las cafeterías de mañana se transforman en bares para la copa de antes de cenar y en garito chundachunda después de que la gente empiece a salir por la noche. Aquí podría venir un discurso sobre la aberración del régimen de licencias al respecto en la ciudad en medio del desierto, pero resultaría (aún más).

MBO se acaba de ir a casa, recién salimos de una inauguración de una exposición colectiva en que un escultor amiguete cuya obra nos encanta exhibía alguna cosa. He comprado un par de láminas no seriadas, muy hermosas, cuyas texturas lamentablemente no se podrían apreciar en una foto que eventualmente colgase aquí (además, y de momento, se han quedado en la galería, claro).

Son como las nueve menos diez, entro al Hanna. La parroquia es la estándar; el sitio es así como pelín ideal de la muerte –listón de Zaragotham-, y por tanto concurre bastante ejemplar del que MBO –apenas cruelmente- llama “rubio zaragozano”, tanto como ejecutivillo similpiel. Lo normal, o sea.

Sé que mi amigo se demorará. Esta vez no es culpa suya, es tremebundamente impuntual, pero hoy se deberá, sobre todo, a la descoordinación. Ni siquiera le llamo al móvil: ya llegará. Me apoyo en la barra y pido una cerveza negra. Sacó un trozo de cartulina y la estilográfica de anotaciones –la de tinta verde- y me pongo a apuntar algunas cosas.

No soy consciente en el momento, pero de repente me doy cuenta de que justo al lado hay una chica. Treinta, treinta y dos tal vez. Aspecto de haber salido de trabajar, viste un sastre con tacones de no más de tres dedos. ¿Exhibe quizá rostro de enfado manifiesto?. Es jueves. Tal vez. Tiene una cerveza delante, fuma. Apaga el cigarro. Sigo con mis anotaciones, y noto claramente su inquietud. Enciende otro pitillo. Mira el reloj. Mira a su móvil, e incluso al mío. ¿Tiene alguna ojera, eventualmente?. Miro hacia la entrada, y mi mirada se cruza con la suya. Caramba. Eso ya no es cabreo. Eso es directamente tristeza. Desesperanza.

Y a mí, que estaba muy tranquilo con mi reflexión de organización imposible para la próxima semana, me entra de repente la conciencia. Joder. ¿Le gustaría hablar de nimiedades? ¿Querría explicar que le jode infinito que la hayan colgado? ¿Le iría bien que le dijese “parece que nos han plantado” con una leve sonrisa amistosa, aunque sea inexacto?. ¿O tal vez sería una metida de pata en este lugar, que en el fondo, un jueves antes de cenar no es si no un pre-escenario del terreno de caza en que esta noche será la misma barra, a partir de las 02.00, y para qué cojones voy a meterme en problemas?

La verdad es que me quedo con la duda, pues, mientras, paga su cerveza, apaga su cigarro, coge el camino de casa. Por algún motivo, la chica se convierte en un paradigma de la soledad, y yo me quedo con la sensación de que he dejado de hacer algo que hubiese sido bueno por evitarme milongas.

Llega mi amigo y empezamos a arreglar un mundo que no tiene solución: el suyo. A las 22.15, con gran sorpresa de MBO, regreso a casa. Con una cierta amargura, para qué engañarnos, aunque todo esto sean "penas de privilegiados".

10 diciembre, 2005

Lecturas, lecciones.


El inexistente programa de actuación para este blog, como es natural, como es habitual, no se está cumpliendo en absoluto. Pues muy bien, qué pasa. Es mi blog y me lo follo como quiero, que dice Eride.

Hasta el momento, eso sí, he orillado un flanco que acabará saliendo -no quepa duda a nadie-, pero que por ahora se mantiene, cual fiera corrupia y acechante, entre bastidores. La blogosfera, o, al menos, una buena parte de la parte de la misma que frecuento, tiene una tendencia ideológica bastante definida, con la excepción -ocasionalmente patética, además- de reductos cuasi asterixianos de pensamiento ultraconservador y más allá, de los que no merece la pena hablar demasiado. Allá cada cual, por supuesto. Lo que pasa es que, volviendo al programa de este blog, "no, no todas las opiniones valen lo mismo, y no todo es admisible ni tolerable". Y qué lamentable el ÚNICO pensamiento-realmente-único de este tiempo: patética falta de fondo, triste falta de reflexión, tremebunda incultura...

¿Es posible hacer reflexión acerca de lo que es España sin Saber, sin Estudiar (sin haber estudiado), sin pensamiento sosegado? No. No es posible. En realidad, volvemos a repetir, sólo que esta vez en sentido contrario, la misma historia de siempre, en contra de la Historia, y a pesar de sus lecciones (por purititas razones económicas). ¿Y cabe tal reflexión -en ese túrpido modo- acerca de la ejecución de un condenado a muerte en los EE.UU.? Tampoco. Hablo desde mi posición intelectual -claramente e inmatizadamente contraria a la pena de muerte-, pero el modo en que habitualmente se defiende esa postura obstativa es, en demasiados casos, una pena negra. Y de qué manera esa torpeza abona las tesis contrarias. Estudio, reflexión serena, argumentación... qué escasez.

Pero bueno, yo quería hablar de lecturas. Algo aprenderemos d'ellas, al final: con sólo una vida con tantas cosas por hacer, leer nos permite saber que hay otros mundos y otras existencias posibles, que al menos en parte podemos disfrutar así.

Esto viene en realidad a los libros que están en mi mesilla. Como creo haber contado en alguna ocasión, simultaneo material legible; en estos últimos tiempos, la cosa tiene forma triangular: junto a un paquetito de ensayos, material de menor "densidad" (que no quiere decir menos importantes) y el montón heteróclito. Pensamiento, entretenimiento, miscelánea.

Antes de nada, reconozco que soy incorregible en lo de los planes quinquenales: cuando leo un autor que me gusta, caigo muchas veces en el error de agotarlo; y así con Fred Vargas, El hombre de los círculos azules, la tercera (hasta el momento sólo hay tres editadas en España) que leo seguida. Junto con ello, Cosecha roja del Maestro Dashiell Hamett.

Cosecha roja
es uno de los clásicos de Hammett, que a su vez es un clásico de la Novela negra a quien Cernuda señala como autor norteamericano de mayor predicamento que Hemingway (a quien implícitamente apunta como peñazo insufrible) o que Faulkner (aunque a éste le valora positivamente). Y no es exagerado.
Lo releo, pues en mi primera temporada de lectura desaforada de policíacas (en torno a los diecinueve años) ya la disfruté. Y me recreo, nuevamente, en su brillantez. Me encantaría ser capaz de escribir así, con esa economía de medios que no perjudica una perfecta definición de personajes, situaciones, diálogos. Y me recreo, y concluyo que es mucho mejor que lo de los círculos azules. Vuelvo a lo que dije en su momento. Hay que leer, leed Huye rápido, vete lejos de la Vargas, que es formidable, y esperad nuevas indicaciones, si es que mi opinión os merece algún crédito en cuanto a otra obra de la joven.

El segundo lado del triángulo lo conforma El Imperio británico junto con El Enigma Hess, que me ha llevado a releer entreveradamente algún fragmento de Orientalismo (por cierto, casi me da vergüenza hacer mención de esto aquí: os habréis hartado, y os hartaréis aún más de ver citas mal traidas de Edward W. Said en estos tiempos de estulticia tolerante y alabanza del multiculturalismo peor entendido) y alguno extraido del Canon Occidental.

Compré y empecé a leer en paralelo El Imperio y el Hess, y me empecé a divertir al ver que aunque no hablan de lo mismo, aunque sus asuntos son entre sí tan diversos, son dos muestras de sendas visiones, absolutamente contrapuestas, de la Gran Bretaña.

El tema del Hess, en definitiva, es el hecho de que por detrás del Blood, Sweat and Tears y del heroismo del pueblo británico durante la Batalla de Inglaterra (que yo creo existente y subsistente, y a lo de las bombas del metro me remito), ya desde la caida de Polonia, hay permanentes movimientos para llegar a una paz separada con Alemania, paz que además Alemania deseaba, tendencia que es manipulada por Churchill para hacer creer a los alemanes que dicha tendencia tiene fuerza constitucional suficiente como para quitarle a él de enmedio, y que es lo que hace que Hitler mande a un emisario a negociar. La cosa se les va de las manos cuando descubren que dicho emisario es Hess, un tipo al que luego, en Nüremberg, le aplicarán un tratamiento de choque de cadena perpetua "de a verdad" cuando lo cierto es que su colaboración directa en las grandes animaladas nacionalsocialistas es significativamente menor que la de otros (más que nada porque estaba encerradito en la trena y a 2.000 km. de Alemania).

Digamos, pues, que el mito del fair play británico se va bastante a tomar viento, máxime porque casi toda la documentación al respecto, o ha sido destruida, o está todavía en archivos confidenciales que sólo estarán disponibles después de la siguiente glaciación.

Como contrapartida, El Imperio británico es una reivindicación orgullosa del mismo, que no tiene ningún problema en reconocer su origen corsario y su evolución fulgurante hasta ser lo que era en los tiempos victorianos y hasta la Gran Guerra. Yo no era demasiado consciente -aunque pensándolo ahora es bastante lógico- de que la historiografía británica se ha dedicado, a partir de la segunda postguerra, a denostar al Imperio, justamente al revés que por ejemplo los franceses, herederos y permanentes reivindicadores de unos jours de gloire que jamás existieron, por cierto (Francia no ha ganado una guerra desde 1815. Es la eterna derrotada. Y siguen creyéndose lo de la Grandeur. Vaya por delante que estoy enamorado de Francia, pero no dejo de hacerme cruces de que hablen de su victoria en la Segunda Guerra Mundial o de que se hiciesen con un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. No hay como estar seguro de uno mismo).

Supongo que es normal, la naturaleza básicamente acogedora -por tradición ha sido tierra de refugio- de la Gran Bretaña y su condición de metrópoli que recoge las élites procedentes de las colonias ha llenado la Universidad de pensadores con origen en dichas colonias, que forzosamente habrán de poner de vuelta y media al Imperio. Vamos, lo mismito que pasa con la Historia del Imperio Español y las cósmicas idioteces del quinto sanguinario, del subnormal de Gabo hablando del desastre que hipotéticamente supuso, etc... con la diferencia de que los británicos no han dejado de enriquecer su cultura y su civilización con material procedente de las ex-colonias. Pequeña diferencia, desde luego. Eso sí, aquí tenemos a Calamaro.

Ah, por cierto: en los tiempos gloriosos, La India se administraba con un cuerpo de civil servants de apenas mil cien tipos. A ver si va a haber que aprender alguna cosita...

En el montón tres, un libro de Poemas de Rafael Cansinos Assens, Hermosos y Malditos de Scott Fitzgerald, glorioso (como siempre SF) y Ubik, de Philip Dick, que se supone que es la releche y que no acaba de convencerme (y me gusta mucho la ciencia ficción) como tampoco me ha gustado el recentísimo ¡El cielo se nos cae encima! (el último Astérix, muy, muy flojo). Mezclado con la relectura de Territorio Nacional y Constitución 1978 (añejo texto de uno de mis maestros, Antonio Remiro Brotóns) y de La España que sobrevive, un viejo libro de Díaz-Plaja. Y miajita de Pierre Vilar. Y hasta aquí puedo leer. Hoy no es día de hablar de pensamiento político.

Losts Bell


Que sí, que siendo canónicos sería The Bell of the Lost. Pero era la cosa fromlosttotheriver, iunougüoaramín.

Iniciaba el concierto ayer Iñaki de los Green Apples haciendo constar que el Heraldo de Aragón se había hecho eco de los aniversarios de la muerte de Lennon que iban a tener lugar en sitios como Luarca, Soria o Bollullos Par del Condado, pero que lo que no se citaba era que, por décima vez –o así- se celebraba el tradicional Homenaje a Lennon en La Campana de los Perdidos. Iñaki y su banda, y algunos amigos, vienen –venimos, pues esta es mi segunda colaboración - organizando el evento año tras año, y año tras año acude más gente, sólo por el boca a boca.
Hoy, pues, no habrá crítica en la prensa de tal (tales, rectius) concierto(s). Así que la haré yo, a pesar de ser parte interesada. Sí.

Hubo dos conciertos, en formatos básicamente idénticos. Como el local en cuestión sufre una persecución desaforada por parte de las autoridades municipales (y aparte, el escenario tiende a cero en lo que respecta a su superficie) no hubo batería. Teclados, dos guitarras y bien de voces. Algo de pandereta, que es un apero musical poco valorado pero excelente y más difícil de tocar de lo que parece, qué caramba. Ah, bueno, y el bajista, Sr. Kerkhoff, que ha decidido irse a Holanda por Navidad un mes antes de lo debido. Una pena.

Iñaki, que soporta año tras año (esto es una especie de concierto Green Apples and friends) el peso fundamental del concierto, eligió para su parte de los dos pases –jueves y viernes- del 2005 una selección de temas muy “trip para iniciados lennon-bitelmaníacos”, con mucho álbum blanco y cosas de los discos solitarios de John Lennon.

Cada uno de los dos pases se dividió en dos partes; la primera fue muy tranquila, y en la segunda salimos los “and friends”: Edgar, un buen amigo, una de esas personas que tienen TODOS los vinilos de los Beatles (en versión española, americana, inglesa y de Timbuctú); Tote, que, cuando se casó, hizo que la banda que amenizó el postbanquetedeboda fuese precisamente Green Apples; Luis A., que es el Presidente del Club de Fans de los Beatles en Zaragoza, viajero infatigable a Liverpool… y, last but not least, el 50%/75% de Los Modos (Michel, el guitarra de ritmo, y un seguro servidor de todos Vdes., a quienes se unió ayer viernes nuestro ex - batería, más conocido por cierto por su pertenencia a cierto grupo que alcanzó una cierta difusión en la Patria y fuera de sus fronteras: los Héroes del Silencio). También se marcó un Strawberry fields forever el hijo de Iñaki la noche del viernes.

La pega, tremenda pega, de un concierto como este es que sigo prefiriendo mil veces los conciertos eléctricos, para todo en general y para los Beatles en particular. Todo el que me conoce lo sabe, y como por otra parte la Rickenbacker no deja de ser un icono beatle, pues se me tolera tocar electrificadamente bajo la mirada un tanto acre del propietario del lugar. En todo caso, nadie me va a convencer, NUNCA, de que los unplugged traen causa de cosa diferente que la vagancia, las licencias municipales o la pasta. Y no tener batería ni bajo empeora sensiblemente la cosa. Pero bueno. La ventaja en que el formato acústico posibilita en ese local, que es bastante Cavern, un sonido limpio y claro. Las voces se escuchan bien, los coros se lucen.

Y como Iñaki y José Gregorio (guitarra y teclista, respectivamente, de los Green Apples) son tremendos instrumentistas, y además muy buenos en las voces, digamos que todos los temas más “íntimos” quedaron perfectos, aunque he de decir que en realidad a mi tanto Lennon reconcentrado, sin la debida compensación más pop de McCartney, me acaba saturando un tanto. Eso no quita nada de mérito a la excelencia de la interpretación de los unos y los otros. Y, por lo que respecta a la actuación del viernes, a la actuación del 75% de los Modos (no podría decir lo mismo del jueves; quedé insatisfecho como consecuencia de algunas imprecisiones intolerables, aunque según parece no se notaron demasiado fuera del escenario). El viernes nos quedaron bien, realmente bien –por qué no decirlo- tanto All I’ve got to do, una canción no muy habitual en los círculos biteleros pero que elegí precisamente por eso y porque a mi me parece preciosa (de hecho, no está en el repertorio de los Green Apples y el líder carismático aplaudió la elección) como Please, please me, que tiene la ventaja de que con mi guitarra “saturadita” haciendo el riff tiene bastante fuerza. Si a eso se le añade un público entregado, se puede comprender que el ambientillo fue muy agradable.

Y aparte de eso, pues muy divertido, la verdad. Los dos días hubo lleno hasta la bandera; el primer día más íntimo, pero ayer estaba por ahí bastante gente, músicos y gente de la scaena musical de Zaragotham: el cantante de los Sullivans, el gran Alan Schemk –el mejor luthier de la ciudad y bajista de los Vibrants-, y, como ya he dicho, mi queridísimo amigo Pedro Andreu, que acaba de sacar al mercado el segundo disco de su banda DAB.
Luego del show acabamos tomando una copa en un nuevo lugar de lo más recomendable, el Bar Bacharach (me encanta el nombre), del que es titular Sergio Algora, el líder de El Niño Gusano y Muy Poca Gente , donde me enteré (lástima) que los exMermelada habían estado tocando ayer noche también en Zaragotham. Una pena, un concierto rythm’n bluesero que me hubiese gustado ver. En todo caso, en el citado garito buena música, buen ambientillo (mucho escritor tremendamente consciente de su supuesta importancia para la historia de la literatura patria, Ismael Grasa, Félix Romeo –a éste lo pongo por boutade, es buen chico-…) y los gintóxics hechos debidamente.
Y no, esto de salir tres noches seguidas (porque hoy hay nueva lifara) ya no lo llevo nada bien. Pero qué se le va a hacer: es nuestro rol.
HOMENAJE A LENNON.- Zaragoza, La Campana de los Perdidos, jueves, 8 y viernes 9 de diciembre de 2005, 22.30.- 4.00 EUR

06 diciembre, 2005

Constitution day


El día de hoy ha sido razonable (rasunapla... en catalán suena casi así, y me gusta esa sonoridad. Es más contundente, no sé cómo explicarlo). Por razones tecnológicas sólo atribuibles a la blueberry de MBO (que no asume como día de fiesta el Día de la Constitución) hemos despertado a las siete (con juramento), redespertado a las diez (con reproche de mi amigo T. que llamaba para quedar a un aperitivo y no comprendía que la cama es un gran lugar y re-redespertado (hoy estaba Lirón-Mode ON) a las once y cuarto. Cuando uno tiene la conciencia tranquila, señores, se duerme de coña. En fin, la mañana ha pasado alegre, placentera y ociosa (con aperitivo rematante).

Por la tarde he ido a casa de Iñaki, el lider de los Green Apples. Pasado mañana y al otro hay, hacia las 23.00, sendos conciertos en La Campana de los Perdidos por el aniversario (vigésimo-quinto) del asesinato de John Lennon. Si, en la fotito de la derecha, el que está a la derecha. Paradojicamente.
Y habida cuenta la amistad con que me honra el organizador de dicho acto (el ya citado Iñaki), teniendo en consideración mi propia naturaleza de bitelmaníaco viejo generalmente reconocido como tal, no dejando de lado lo de la Ric (que imprime carácter y aporta imagen)... me ventilaré dos temitas. Mi clásico y apreciado Please, Please Me y algo novedoso, una de esas canciones de amor realista, nada etéreo, All I've got to do, que por cierto me tiene preocupado con esas subiditas del estribillo, habida cuenta el estado de mi voz post catarral. MBO, que es mi crítica más dura, me dice "pero vamos a ver, Hans... si de habitual tienes poca voz (eso sí, muy afinada, nadie lo discute), ¿con este trancazo qué piensas hacer?". Yo evoco aquello de audaces fortuna juvat, pero ya veremos.


¿Diría yo que Presuntos Implicados están entre mis diez bandas favoritas?. No. ¿Entre las cincuentas primeras? Mmmmmmmmm... no. ¿Tenemos en casa algún disco de ellos? No.

¿Me gustan? Si. Si, me gustan, porque Sole tiene buena voz, me gustan porque el guitarra y el bajista (que por cierto toca la guitarra bastante mejor que el propio guitarra) tocan de miedo. Me gustan porque tienen algunas canciones que están bien y porque, en realidad, a mi me gusta casi todo. Y a MBO ¿le gustan? Si. Admitamos que si.

¿Qué hacíamos MBO y yo esta noche en un concierto de estos chicos? Mmmm... A ver. Considerando el número de concierto que se verifican en Zaragotham, la verdad es que a poco que el artista rebase el listón, hay que ir a verle. No sea que uno deje pasar una buena.
Y... ¿ha sido una buena?. Mmmmm... Dejémoslo en que ha sido. Venían en una versión restringida, sólo ellos tres, sin banda inmensa alrededor. Rodeados eso si de guitarras y bajos (no os aburriré con la cuestión técnica, pero el bajita empleaba un artefacto de seis cuerdas que le permitía hacer él los punteos mientras el guitarra hacía los ritmos y aún los bajos. Muy chulo) que han ido empleando, con destreza dispar, también hay que decirlo: ¿para qué se pone Sole a cantar una canción ella solita -hasta ahí, bien- tocando la guitarra (una guitarra que sería excelente material de chimenea, btw), cuando tiene alrededor dos instrumentistas excelentes?. Ella sabrá. Yo sé que debería prescindir, sin duda.
El concierto se ha celebrado en mi querido Teatro Principal (como el de Marlango que ya comenté). En esa modalidad "sintética", naturalmente, los temas resultan más cortos; para llenar las dos horas (por ser exactos, 01.50 de reloj), han debido tocar unos treinta o así. Como siempre en estos casos, el problema de la disposición del repertorio: los primeros diez eran excesivamente almibarados y lo que es peor excesivamente parecidos entre sí. Luego la cosa ha mejorado, y han dejado para los últimos quince (bises incluídos) sus hits más conocidos. El público de Zaragotham es bastante duro, según dicen, pero desde luego estos chicos, esta noche, tenían la plaza para ellos: montones de fans, fans que por cierto no desafinaban nada a pesar de los grandes fragmentos corales que se pegaban. Las palmas, sin embargo, la aplicaban peor (las cosas tipo bossa a estos efectos son de lo más fastidiadas, como la "u" francesa, vamos.).
En fin, que ha estado bien, pero sin tirar cohetes.
Ah, bueno, y hoy era el Día de la Constitución. Esta mañana, entre que daba vueltas por la cama vaguciamente, pensaba que iba siendo momento de poner una entrada intelectualoide, y pergeñaba una relativa a la Constitución como Mito. Pero vamos a dejarlo estar. No son horas y mañana es día de hacienda.
Hasta mañana.
PRESUNTOS IMPLICADOS.- Teatro Principal, Zaragoza, 06/12/05.- 21.00.- 30 EUR.

04 diciembre, 2005

Volando alto


Bien. Como cada vez tengo más claro que en esta esquina de la blogosfera vamos surcando los mismos blogs las mismas personas, prácticamente, y dado que de pura pulverización de quien escribe (vid infra) esta entrada será la última entrada en publicarse en la susodicha esquina relativa a los acontecimientos de anteayer jueves noche, doy por hecho que TODOS sabéis que anteayer se celebró EL concierto, al cual, entre otras muchas personas (brillantes, divertidas, afectuosas, interesantes…) fuimos MBO y yo.

El Concierto fue cosa de Paul Collins. Para quienes no lo conocéis, por gentileza de Cranston Snord, un enlace interesante aquí.

Paul Collins es un genio, y lo era ya hace veinte años, que más o menos hace que le ví por primera vez en directo. Hablar de su Rock’n Roll Girl es una obviedad. PC es pura historia del rock, esencia de power pop. Es de esos poquísimos tipos capaces de hacer temas perfectamente adhesivos, inolvidables, nunca banales. Una de esas personas, además, que resulta muy agradable admirar. Se pega más de diez años sin grabar, y de repente se casca un Flying High que rompe con todo. Compradlo, de verdad; sin que sirva de precedente, os doy un consejo con coste económico: son 10 EUR, el disco se lo ha currado él. La panoja se la lleva básicamente él. Aseguro, y no llevo comisión, que es dinero bien gastado. Y si os es dable, id a cualquier concierto suyo que se ponga a tiro.

El Susan (C/ La Reina, 23, Madrid) es un club extremadamente interesante, por muchos motivos. Sólo leer el blog de Juan, co-propietario del lugar, proporciona motivos sobrados para visitarlo, así como para conocer al citado Juan, un excelente Anphytrios y un tipo de lo más interesante. Cuando me enteré de que, además, era Paul quien estaba preparando cócteles en su barra, el Susan se convirtió en un destino necesario. Yo estuve hace como un mes y medio, como relaté aquí.

Dicho lo anterior, seamos cronológicamente coherentes. Jueves tarde, MBO y Hans se embarcaban a bordo de schwartze apero dirección MAD. Un viaje sin especiales incidencias, salvo la apenas importante de la como hora y media de entre dejar la R-2 y llegar al hotel en la Carrera de San Jerónimo. MBO me hizo notar el absurdo notable de ir en coche a MAD existiendo un estupendo AVE y etecé, yo le dije eso de que el coche estupendo para salir cuando uno quiera blablá, en fin, dialéctica habitual pero en esta ocasión claramente decantada a favor de MBO. Vaya coñazo, chatos. Me encanta MAD pero lo de sus atascos me supera.

Llegado que hubimos al hotel, telefonuve a unos y a otros, y nos bajamos a tomar una copa al bar del hotel, que atiende por Glass, al que ya se refirió Juan en su momento y que es ideal de la muerte y lleno de ejecutivos casposillos de gomina mal puesta y ejecutivillas que si tuviesen pasta comprarían ropa en Escada (se quedan en la copia barata nacional). Y entre que nos tomábamos una margarita (MBO) y un bloody-mary (yo) llego la encantadora Wendy, una mujer brillante, una de las lenguas más afiladas, precisas y rápidas a este lado del Río Pecos. Una estupenda mujer y una mejor persona. Wendy llegó con su palestina, su piercing, su sonrisa y su mirada exacta. Besos, abrazos y a cenar algo por los alrededores, de la diestra mano de nuestra anfitriona que nos llevó a un sitios con unas tostas y un jamoncito muy rico: Bien, bien.

Acto seguido, fuimos al Susanclub, donde nos recibió Juan con los brazos abiertos y un reloj –un bonito omega speedmaster de esfera negra, por cierto- implícitamente acusador (el concierto era a las 23.00; eran menos diez). Juan debe ser hombre riguroso y puntual, y jamás me atrevería a decir que ingenuo, pero en este momento exacto se reveló como tal: a menos tres minutos el Equipo A (MBO, Wendy, Juan, Vane, bar-woman del Susan de quien ya hablé en su momento, y un servidor) se encontraba en la puerta del Sol, ostensiblemente cerrada, conviniendo acto seguido que lo más sensato era regresar al Susan, donde (no sin antes tropezarnos con el propio Paul Collins y su banda que llegaban al Sol como dos minutos después de las 23.00)MBO y Wendy dieron cuenta de sendas margaritas (sensacionales, a decir de la siempre rigurosa MBO) y yo trasegué un martini ferpectamente (sic) canónico muy bien gestionado –qué honor- por el propio Juan. Que por cierto no bebió una gota a lo largo de la noche, ratione salutis, supongo. Qué desastre.

A las 23.50 convinimos en que ya podía ir siendo posible que el concierto empezara y regresamos al Sol. Justo entrábamos en la sala. Suena el primer acorde de un concierto perfecto, con un sonido tan vivo como bien ajustado, con una banda que funciona como un reloj tocando tanto temas de toda la vida de Paul Collins (que utilizará a lo largo del show una rick 330 fireglo preciosa y una Strato negra) como el contenido de Flying High. Octavio, uno de los más contundentes guitarristas powerpop que he visto, utilizó una Gibson SG y una Fender Telecaster. Los juegos de guitarra estaban perfectamente trabados. Evidentemente, las canciones de este hombre me gustan, pero el directo es sensacional con los New Beat, que para nada desmerecen en relación con los Beat de los viejos tiempos.

En el concierto apareció E-Jay, el gran E-Jay, el amabilísimo E-Jay, a quien por cierto me había imaginado bastante bien, junto con su amigo Paco (no llaméis al pobre chico “el gordo”, caramba: apenas un poco bajo de tórax!) y el insigne Cranston Snord, que, tan griposo como yo, vivió muy agitadamente el concierto. Como yo. Más sensato que yo, eso sí, a la conclusión del show cogió el portante y huyó a casa. En términos de salud hizo muy bien. Lo que pasa es que se perdió el resto de la noche, que transcurrió en el Susan, muy interesantemente. Cranston, aka ese bloggero que no tiene blog. El mejor comment-ista de esta esquina de la blogosfera, de acuerdo con el criterio de Wendy y mío propio. Uno de los tipos con mejor gusto en música pop y en cómic que conozco.

Hablamos mucho de música, trabajo y circunstancias de la vida moderna en la ciudad y nos reimos bastante. Hablamos de otros bloggeros leídos. y conocidos personalmente incluso. And suddenly Juan me dice, “Hans, preguntan por ti”.

Y aparece tras de él la joven Dama Delicata, aka Gachas at Tiffany’s (un notabilísimo blog que está temporalmente fuera de servicio) acompañada de su amigo M. que es poeta. Creo que jamás había conocido a un poeta en persona!. No le gustaron las aficiones poéticas de MBO (L.A. de Cuenca, señaladamente) ni las de Hans: "If..." resultó ser simplemente cursi. En fin, la frase anterior no es si no una boutade simplificadora, claro: el joven M. era una persona interesantísima, exquisitamente correcto y amable.

Lo cierto es que me quedé muy emocionado porque la referida DD –que desde luego no sólo escribe formidablemente, si no que existe formidablemente- se las había ingeniado para deducir que sería posible encontrarme a las 01.30 de ese jueves en Madrid, en el Susan, y salir y venir. A conocerme. Me gustó la conversación con ella acerca de la posmodernidad de la posibilidad de hacer algo así hoy en día.

Fue el corolario de una divertidísima noche en que MBO y yo nos lo pasamos de muerte. Sólo lamento no haber tenido más tiempo, más tranquilo, para hablar con todas aquellos que conocí personalmente esa noche.

Si, coño, la entrada me ha salido muy buenrrollista. ¿Y qué? Lo cierto es que la noche me dejó una sensación cojonuda, que al día siguiente permanecía, simultaneada con el cansancio demoledor de acostarnos a las cuatro y algo, levantarnos a las ocho y regresar conduciendo a Zaragotham por motivos laborales. Sin resaca, a pesar de la ingesta claramente excesiva de alcohol de buena calidad eso sí.

PAUL COLLINS.- Sala El Sol, Madrid. 01/12/2005, 23.00. 15 EUR